La salida a leer en el Tranvía para mi me ha parecido guay,
porque leí con un poco de nervios pero se me fue pasando a lo largo del primer
trayecto. También me gustó ver cómo las personas que nos acompañaban en el
Tranvía, que parecía no nos escuchaban, al final nos aplaudieron. Al regresar
la señorita nos regaló un helado de los que le chiflaban a mi abuelo y me sentí
muy feliz. Espero la experiencia se vuelva a repetir.
Bryand Delgado